
Acabé por llorar mi desgracia
abrazada a tu cama vacia
y besando en silencio tu almohada
donde tu como un niño dormías.
Tus recuerdos quedaron regados
en el cuarto de nuestros amores
tu perfume una cruz y un rosario
y hasta un ramo marchito de flores.
La distancia ha quebrado mi orgullo
y en pedazos deshizo mi vida
me dejaste un inmenso vacío
que jamás llenare mientras viva.
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